Todos los relojes requieren de un mantenimiento básico. Cuando disponemos de uno o varios relojes, debemos tener en cuenta estos cuidados básicos. En caso de disponer de varios, no utilizaremos todos ellos de forma simultánea y en ocasiones, cuando queremos hacer uso de ellos, no funcionan correctamente. Esto lo podemos evitar con los siguientes consejos sobre su cuidado.
¿Por qué es necesario cuidar de forma periódica los relojes?
Un reloj está diseñado para que funcione de forma constante. Sois muchos los que nos preguntáis en nuestras tiendas Marjoya si es conveniente parar los relojes o mantenerlos en funcionamiento cuando no vamos a utilizarlos en una temporada. Pues bien, si el reloj se encuentra mucho tiempo sin funcionar, corremos el riesgo de que las distintas piezas que forman su maquinaria se resequen, se peguen unas a otras o simplemente queden los lubricantes de la maquinaria sólidos, impidiendo el buen funcionamiento de nuestro reloj. Nosotros aconsejamos mantenerlos en funcionamiento.
Consejos sobre las pulseras de nuestro reloj.
Dependiendo de si nuestro reloj tiene pulsera de acero, caucho o de piel, deben recibir un cuidado específico cada uno, al ser materiales muy diferentes.
-Pulsera de acero o armix.
Es la compuesta por la sucesión de eslabones de acero o tipo malla milanesa. Podemos realizar una limpieza periódica, para mantener nuestra pulsera en perfectas condiciones. Para ello debemos pasar un paño húmedo con agua tibia y jabón neutro. Secarla con un paño suave y seco. Si la suciedad se encuentra muy incrustada o se encuentra entre los eslabones, podemos utilizar un cepillo suave.
Ajuste de las pulseras de acero o armix.
Un reloj con una pulsera de acero compuesta de eslabones, es muy resistente. Pero mal ajustada, puede dañar el reloj. La medida correcta es aquella que no ajuste mucho la pulsera y que pueda pasar un dedo entre el reloj y la muñeca.
Demasiado ajustada: una pulsera de acero demasiado ajustada a nuestra muñeca, no es conveniente porque puede ser incómodo llevar el reloj. Pero otra consecuencia, no tan visible, le ocurre a nuestro reloj. Los pasadores que unen la correa de acero a la caja del reloj, al soportar tanta fuerza, se deforman poco a poco, por lo que sus extremos se van modificando, pudiendo soltarse y si eso ocurre, nuestro reloj se desprende de nuestra muñeca.
Demasiado holgada: es bastante común ver personas con su reloj muy holgado. Aparte de no resultar muy cómodo, ya que continuamente debemos estar colocándonos el reloj en la muñeca, también es perjudicial para nuestro reloj. Una pulsera demasiado holgada, gira en torno a nuestra muñeca, por lo que el cristal queda mirando hacia abajo y es muy probable que podamos golpearlo más fácilmente y que su cristal sufra ralladuras.
Hacer una mención especial en el caso del uso del reloj al revés. Es decir, la esfera colocada en la parte interna de nuestro brazo. Esta práctica tampoco es conveniente para mantener en perfectas condiciones nuestro reloj. Ya que las consecuencias serían como en el caso anterior, la posibilidad de que reciba un mayor número de impactos y sufra ralladuras.
-Pulsera o correas de piel.
En este caso, no podemos realizar una limpieza exhaustiva periódica, pero sí que podemos llevar a cabo unas prácticas que aumentarán su durabilidad.
5 cuidados clave para tu correa:
- Intentar no tirar o retorcer en exceso la correa al colocarla en la muñeca.
- Evitar siempre que sea posible el contacto con agua, lociones o geles hidroalcohólicos.
- No exponer el reloj durante largos períodos de tiempo al sol, ya que la piel de la correa puede resecarse.
- Procurar no utilizar estas correas con la práctica de deporte.
- Utilizar acondicionador de cuero cuando se aprecie la piel reseca.
¿Qué mantenimiento básico necesita mi reloj?
-Pulsera o correa de caucho.
En estas correas se aconseja proceder al aclarado una vez se haya terminado su uso para la práctica de deporte. El mismo proceso deberíamos llevar a cabo si ha estado en contacto con cloro, salitre o cualquier otro agente que pueda dañar nuestra correa.
La hermeticidad del reloj.
La hermeticidad del reloj es la protección que tiene la maquinaria de nuestro reloj frente a los elementos externos tanto sólidos como líquidos que tengan contacto con la misma. Esta hermeticidad se produce mediante un sellado que puede verse afectado por el estado del cristal, corona y pulsadores del reloj.
-Los cristales y estanqueidad.
El cristal que protege la esfera del reloj, con el uso continuado, puede que tenga pequeños golpes que provocan que el reloj no se encuentre protegido frente al agua, polvo y suciedad. Cuando el cristal presente golpes o está descascarillado, podemos reemplazar el cristal. En ocasiones, podemos elegir entre colocar el cristal original o bien colocar un cristal genérico. Es importante decir que si el cristal es genérico nunca va a quedar ajustado del mismo modo que el cristal original, lo que imposibilitará realizar la hermeticidad a nuestro reloj. La estanqueidad debe revisarse cada 24 meses.
-Coronas y pulsadores.
¿A quién no le ha ocurrido que al cambiar la hora, se nos ha soltado la corona de nuestro reloj? Suele ocurrir, sobre todo tras los cambios horarios. El problema es que esta pieza llega hasta el corazón de la maquinaria del reloj, por lo que aunque creamos que es una pieza superficial, puede que algún componente de la maquinaria se haya estropeado. Cuando se manipule esta pieza debemos ser muy cuidadosos.
Para proteger la estanqueidad de nuestro reloj, nunca debemos sacar o manipular la corona ni los pulsadores mientras nos encontremos en un medio líquido, con polvo o suciedad. Ya que estos elementos pueden acceder al interior del reloj y estropear la maquinaria.
Guardar el reloj de forma correcta.
Cuando no utilicemos nuestro reloj, debemos guardarlo de una forma apropiada. Existen cajas de almacenaje de relojes, pero no son imprescindibles. Un cajón o caja que tengamos disponible nos puede servir si seguimos estos 10 consejos básicos:
- Colocar siempre la esfera hacia arriba. De esta forma evitamos que el cristal se quede sin brillo, se raye o estropee.
- Separar los relojes si disponemos de varios, para evitar roces.
- Intentar siempre guardarles dentro de un paño.
- Si podemos conseguir un saquito de sílice, nos puede ser de gran ayuda para mantener seco el reloj, sobre todo en climas húmedos.
- Siempre extraer la pila si no lo vamos a usar en mucho tiempo ya que, con el paso del tiempo, puede sufrir corrosión y drenar líquido, causando daños irreparables a nuestro reloj.
- Guardar junto a los relojes las garantías y eslabones que pertenezcan a cada reloj. No sabemos si los podemos necesitar en el futuro.
- Colocar en algún lugar que no sufra variaciones de temperatura. Un sitio idóneo sería la parte trasera de un armario o un cajón, lejos de fuentes de calor o frío.
- Mantener a distancia de aparatos que emanen fuerzas magnéticas, tales como ordenadores, despertadores electrónicos o televisores.
- Evitar que el reloj esté expuesto a la luz solar.
- Revisar los relojes de forma periódica para observar anomalías que se puedan producir.
Con estos consejos tus relojes durarán mucho más tiempo y funcionarán de forma correcta. Para cualquier duda, puedes ponerte en contacto con nosotros o bien acercarte a una de nuestras tiendas, ya que disponemos de un cualificado taller de relojería.
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